Piensas que gente como tú es necesaria, imprescindible, insustituible.... Y no.
Eres mala. Eres perversa y pérfida, como si tu vida fuese una tediosa interpretación eterna de las griegas arpías, o de las viejas Grayas, manejando a los demás a tu antojo, cortando sus hilos para limpiarte el veneno enquistado que se te encostra entre los dientes despues de cada vómito de sapos y serpientes que sale por tu boca cada vez que la abres.
Y me das pena. No, asco y pena. Repugnancia y tristeza. Porque vas a acabar sola.
Tuviste que caminar por la acera de enfrente como una extraña porque las personas de la tuya ni te dirigían la palabra. Te cansaste de desprecios y muecas y decidiste asumir su papel. Pero para tu información, mocosa, la vida te devuelve lo que das, y tu das asco, y muchos dolores de cabeza.
El día que despiertes leones y dragones, corre. Corre mucho, porque nadie te cubrirá las espaldas.
Y disfrutaré viendote sangrar.