"Porque a su lado he ardido como nadie jamás lo ha hecho, ni lo hará. Porque incendia cada átomo de mi cuerpo con sólo nombrarme. Porque espero abrasarme hasta que únicamente queden mis cenizas en una urna." Te Quiero, R. M. G.
Todos dirían que es un chico corriente, normal, sin nada que lo diferencie o distinga del resto. Pero yo no soy todos.
Sólo yo sé que disfruta como un niño pequeño con cualquier tontería. Que su risa contiene más música que una pieza entera de Beethoven. Que cuando duerme te busca inconscientemente para abrazarte.
Sólo yo sé que si se queda mucho tiempo mirando al infinito sus labios se separan, como para dejar escapar los pensamientos que, de otra forma, se habrían atrincherado en su interior.
Sólo yo sé que, de perfil, la línea de su mandíbula pone celosos a los dioses griegos más representados por clásicos escultores, y que la Venus de Milo aplaudiría si ve el juego de sombras que se reparte por su cuerpo.
Sólo yo sé que artistas y musas llorarían amargamente si no hubiera existido, y que los cánones de belleza serían hipotéticos si él no fuese real.
Sólo yo sé, que si le hablas despacio y al oído, se le entornan los ojos y la comisura izquierda de su labio se alza tímidamente, temerosa de romper la armonía que es todo él.
Sólo yo sé que habla tanto y tantas veces para no escucharse a sí mismo, porque tiene miedo de tener razón; y que cuando se calla es porque discute con esa voz molesta que el no llama conciencia.
Sólo yo sé que si le abrazas muy fuerte llora, y que sus labios saben a gloría incluso con la sal de sus ojos. Que si le miras fijamente notas lo fuerte que late su corazón, tanto que todo su ser palpita mientras sus pulmones retienen el aire que respira, para luego soltarlo y devolverlo a donde pertenece.
Sólo yo sé que pasa frío por las noches, aunque él diga que es de hielo, y que sus pies buscan los tuyos hasta que despierta sobresaltado.
Sólo yo sé que es capaz de besar dragones y luchar contra princesas, y que tiraría la torre para construír un chalet. Sólo yo sé que bajaría al infierno a desayunar sólamente para tocar los cojones a Hades y poder contármelo luego. Sólo yo sé lo que le quiero. Sólamente yo soy consciente.
Sólo yo sé que él no es mío, pero espero saberlo sólo yo. El resto de mi vida.