viernes, 30 de septiembre de 2016

30/09/2016 Y sigo sin saber.

Porque a veces parece que no basto, o por si piensas que no me bastas. Para que te quede muy claro que solo es de día si me despierto contigo. Te quiero. (R).





Todo es luz y color contigo.
Todo es magia, y poesía de la que me gusta, y vientos bebidos con gusto y mares de arena fina navegados en barcos sin velas.

Todo contigo es día, hasta que llega la noche.

Noche que no eres tú, que eres descanso y sueño. Noche oscura de la que San Juan de la Cruz huía, por la que Santa Teresa lloraba. Esa noche que me cierra los párpados pero que no duerme mis ojos.
Esa noche que me persigue incluso cuando tú me alumbras y me abrasas. Esa horrenda noche que, supongo, jamás me dejará tranquilo.

Pero yo lucho,créeme, por favor.

Créeme cuando te digo que intento abrir los ojos y mirarte. Créeme que lo consigo, y que no hay nada que acelere más mis latidos que una sonrisa tuya. Pero cuando anochece pierdo sangre, y sigo sin encontrarme la herida. Sigo sin saber dónde está. Te juro que la he buscado, en mi piel, en mi cabeza, en mi corazón, en mi alma... Pero sigue sin aparecer, la muy puta.

Por esto decidí bañarme en sal y alcohol, para cerrarla, estuviera donde estuviese.

Por favor, ama mi noche como yo amo tu día, por favor, no te asustes y no huyas. No corras y me dejes solo. Por favor.

Soy horrible cuando cae la noche. Lo sabes. Lo has visto. Lo siento.

Haz que amanezca de una vez, y te demostraré lo que brillan ocho Soles juntos.