"No hay nada en esta vida más importante que la sangre. Si reniegas de tu sangre estás perdido."
C.D.C
La sangre. Ese vínculo heredado sin elección, ese legado azaroso del que no puedes huir, ese regalo que no se rechaza.
Antes era un orgullo, alardeabas de ella y le atribuías todos los éxitos y logros. La exaltabas y lucías como un pendón o escudo irrepetible.
Reniego de mi sangre. Reniego de toda ella, de su color, de su sabor, de su brillo.
Reniego, reniego y reniego.
Hoy termina mi linaje, y comienza mi linaje. Hoy se queman los árboles genealógicos y se destruyen los álbumes de fotos. Caen mis antepasados y sus blasones. Fuera. Ya. Adiós.
Niego formar parte de mi estirpe, no soy uno de ellos, aunque mi sangre sea la misma. Mi sangre ya no es como la suya, ya no somos iguales, mi sangre ya no es roja, desde hoy mi sangre es negra.
Negro que atrapará el antiguo rojo, y lo conquistará, lo aniquilará; negro que refleja el alma, espejo del yo infinito que contienen mis cientos de fronteras, bandera que ondea con orgullo mayor sobre los demás pendones.
Reniego de mi sangre.
"La vida se resume en mantener el equilibrio entre las veces que matas y las veces que mueres"
viernes, 30 de octubre de 2015
30/10/15 Sangre
"La vida se resume en mantener el equilibrio entre las veces que matas y las veces que mueres"
domingo, 18 de octubre de 2015
18/10/2015 Notas a pie de cama
"Si yo sé lo que es el Amor, es por tí"
H. Hesse
El Ser Humano aspira, por naturaleza, a intentar alcanzar aquello que está fuera de su alcance. El Amor es una de estas cosas.
Cientos y cientos de años han sido suficientes para cambiar los carros por coches, aviones, submarinos... Para convertir las espadas en misiles, para sustituir las cartas por mensajes... Pero aún no sabemos definir el Amor.
¿ A caso puede el hombre definir lo indefinible?
Por muchos significados que le demos, por muchas acepciones que hayamos creado en los diccionarios para esta palabra, no sabemos lo que es el Amor, no lo sabemos hasta que llega ese niño gordo y ciego y nos atraviesa el pecho con una flecha. No lo sabemos hasta que nos fundimos por dentro y nos congelamos por fuera.
El Amor no es, como afirman esos señores que se reúnen para quitar la tilde a "guión" (digan lo que digan es así), un concepto, algo abstracto, que no es material. Se equivocan de cabo a rabo.
El Amor, el de verdad, el que duele, es tan concreto como el suelo que pisamos, es tan real y tangible como las piedras de un palacio. Es sólido, duro, denso...¿ O a caso si te golpeas con un concepto abstracto te haces tanto daño?
No.
El Amor aparece cuando te quedas embobado mirando una foto, varias veces al día; cuando cierras los ojos y sólo con pensar en él sonries. El Amor no es un "qué", es un "quién".
Y ese "quién" pasa a encabezar la bandeja de entrada de tu vida, se cuela entre los puntos del día, se acurruca junto a tí en los intercambios de clase, o te acompaña a fumarte el cigarrito del descanso.
El Amor es ese par de labios tan de tu talla que te pruebas mil veces pero que sabes que nunca te podrás comprar (porque no tiene precio). El Amor son esos brazos entre los que sientes que ni una glaciación podría congelarte. El Amor son esas dos alas que te han hecho a medida y que has pagado a medias.
... Dificil esto, eh.
El Amor es la manta, y el sofá, y el helado en esa tarde de lluvia de domingo; es ese abrazo al rojo vivo que se te tatúa en el alma y que no se quita ni con laser; es ese beso de buenas noches y esa respiración ajena por la mañana. El Amor es esa taza de café caliente para desayunar en la cama, y la sábana revuelta sobre el colchón.
El Amor, ese Amor, es tan bello que es cruel y tan sano que es adictivo. El Amor te arrolla sin piedad y te abraza en la caída, el Amor...
Un día se va.
Se va o al menos es lo que creemos; nos quedamos fríos, indefensos, desnudos, sin ni si quiera aquella arrugada sábana que sobraba la noche anterior...
Se va y duele.
Duele mucho, muchísimo, infinitamente, pero si se fué es por una razón muy sencilla: Vendrá otro mil veces mejor. Mil millones de veces más puro y fuerte.
Y así Amor tras Amor, hasta dar con el último de la fila, con ese que no reservó la butaca por adelantado. Ese que se perdió veintitrés veces y llega justo al final de la función (pero llega).
Y amas.
Amas como nunca amaste, y entiendes por fin que la definición de Amor no existe, que la vas construyendo poco a poco, golpe a golpe, beso a beso, hasta que pones el punto final.
Y cuando la lees, sonries, y sabes que lo que tienes, a quién tienes, es, ha sido y será El Amor de tu Vida.
Hasta entonces, sólo pensar...
¿Qué es el Amor?
"La vida se resume en mantener el equilibrio entre las veces que matas y las veces que mueres"
martes, 13 de octubre de 2015
13/10/2015 Locura: palabra de nivel 7
Esta entrada se la dedico al único profesor de lengua y filosofía al que apreciaré y del que guardaré buenos recuerdos, ya sea simplemente porque su "rigor" me da collejas varias veces al día o porque posee esa pizca de locura que tanto deseo. Gracias F.J.T.V
La locura es un privilegio en este mundo insípido y desemantizado, un privilegio tachado de enfermedad por aquellos que anhelan padecerla, sufrirla, o mejor dicho: Disfrutarla.
¿Qué sería de nosotros sin un poco de locura al día? Debería ser una droga gratuíta, deberían incluirla en la Seguridad Social...claro, que estamos como para que nos den algo gratis, aunque sea una pizca de locura.
Locos, benditos locos, que no necesitaron ni éxtasis ni estigmas para encontrar la felicidad. Qué suerte estar loco. Pero estarlo con certificado y diploma, que luego no hay nada para colgar en la pared y no se lo cree nadie.
Como una vez dijo mi filósofo favorito (si, eso existe) "En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón."
Esto es cierto. Alocadamente verdadera esta afirmación. En el momento en que empiezas a amar a alguien (amar de verdad, ni sucedáneos ni derivados, gracias) o algo, la locura se te cuela por entre los botones de la camisa, se acurruca junto al DNI y se sienta junto a tí en el bus. Y ahí es cuando comienza el juego...
Ah, y siempre se ama por alguna razón, por loca que sea.
Un juego hecho, diseñado, destrozado y rehecho por uno mismo, donde las reglas las pones tú, y si te da la gana te las saltas, eso sí, tienes que pagarte la multa pertinente, por favor, un poco de formalidad.
Un juego en el que barajas las cartas en un cubilete y cuentas doce porque son las seis de la tarde, y encima está nublado. Un juego cuya meta es volver a empezarlo, pero cambiando el color de la ficha (me pido el alfíl) y donde los comodines valen tantas veces como te salga a tí de la oca.
Esto es la locura, pintar un cielo de verde porque conjunta con tus pantalones, y pintar gatos con dos lenguas por si quieres comerte una para almorzar (venganza cumplida) y tomar el té con un conejo y un mapache porque el sombrerero está hasta abajo de trabajo.
Esta es la locura señores y señoras, damos y caballeras...o no, quién sabe, quizá la locura es tal que ni si quiera existe, y se la inventan los locos para hacerse los interesantes...hmmm...tendré que meditarlo, le preguntaré a mi mesilla de noche, a ver si sabe algo...
¡Benditos locos! Aquellos que saben que lo son y se lo guardan para no compartir esa especiada locura, suertudos esos que sin querer mueven las blancas para comerse las rojas y contar veinte y caer en la posada, que hay que cenar y no hay tiempo para ir al super.
Quién sabe, quizá un día podamos ir a la farmacia y, enseñando la receta, podamos decir: -"deme tres tabletas de locura, que tengo los finales a la vuelta de la esquina y veo que de esta no salgo". Quién sabe, igual estoy tan loco que estoy escribiendo esto en un vaso de agua y no me importa, o quizá soy un pobre cuerdo que por envidia desea estarlo.
Pero, ¿ y qué? No os asombreis, ¿A caso todo esto que digo es una locura? ...Pues ojalá.
La locura es un privilegio en este mundo insípido y desemantizado, un privilegio tachado de enfermedad por aquellos que anhelan padecerla, sufrirla, o mejor dicho: Disfrutarla.
¿Qué sería de nosotros sin un poco de locura al día? Debería ser una droga gratuíta, deberían incluirla en la Seguridad Social...claro, que estamos como para que nos den algo gratis, aunque sea una pizca de locura.
Locos, benditos locos, que no necesitaron ni éxtasis ni estigmas para encontrar la felicidad. Qué suerte estar loco. Pero estarlo con certificado y diploma, que luego no hay nada para colgar en la pared y no se lo cree nadie.
Como una vez dijo mi filósofo favorito (si, eso existe) "En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón."
Esto es cierto. Alocadamente verdadera esta afirmación. En el momento en que empiezas a amar a alguien (amar de verdad, ni sucedáneos ni derivados, gracias) o algo, la locura se te cuela por entre los botones de la camisa, se acurruca junto al DNI y se sienta junto a tí en el bus. Y ahí es cuando comienza el juego...
Ah, y siempre se ama por alguna razón, por loca que sea.
Un juego hecho, diseñado, destrozado y rehecho por uno mismo, donde las reglas las pones tú, y si te da la gana te las saltas, eso sí, tienes que pagarte la multa pertinente, por favor, un poco de formalidad.
Un juego en el que barajas las cartas en un cubilete y cuentas doce porque son las seis de la tarde, y encima está nublado. Un juego cuya meta es volver a empezarlo, pero cambiando el color de la ficha (me pido el alfíl) y donde los comodines valen tantas veces como te salga a tí de la oca.
Esto es la locura, pintar un cielo de verde porque conjunta con tus pantalones, y pintar gatos con dos lenguas por si quieres comerte una para almorzar (venganza cumplida) y tomar el té con un conejo y un mapache porque el sombrerero está hasta abajo de trabajo.
Esta es la locura señores y señoras, damos y caballeras...o no, quién sabe, quizá la locura es tal que ni si quiera existe, y se la inventan los locos para hacerse los interesantes...hmmm...tendré que meditarlo, le preguntaré a mi mesilla de noche, a ver si sabe algo...
¡Benditos locos! Aquellos que saben que lo son y se lo guardan para no compartir esa especiada locura, suertudos esos que sin querer mueven las blancas para comerse las rojas y contar veinte y caer en la posada, que hay que cenar y no hay tiempo para ir al super.
Quién sabe, quizá un día podamos ir a la farmacia y, enseñando la receta, podamos decir: -"deme tres tabletas de locura, que tengo los finales a la vuelta de la esquina y veo que de esta no salgo". Quién sabe, igual estoy tan loco que estoy escribiendo esto en un vaso de agua y no me importa, o quizá soy un pobre cuerdo que por envidia desea estarlo.
Pero, ¿ y qué? No os asombreis, ¿A caso todo esto que digo es una locura? ...Pues ojalá.
"La vida se resume en mantener el equilibrio entre las veces que matas y las veces que mueres"
lunes, 5 de octubre de 2015
05/10/15 Caza de alegorías
¿Por qué amor? ¿Por qué aún no eres capaz de decirlo? Es una sencilla frase: "te echo de menos", sucedáneo de "te quiero" o mejor dicho "te quiero, pero soy un cobarde".
Aún a día de hoy, que no me tienes, que no te tengo, hoy, que ya no nos quedan balas en la recámara y que el gatillo maúlla pidiendo socorro...aún hoy no te atreves a utilizar la frase que abre todas mis cerraduras, esas cuatro palabras que destrozarían este fuerte a base de ajenos que me he construído. ¿ Por qué, amor? ¿Por qué?
Te empeñas en ignorar cada gesto que hago, cada movimiento con el que me pongo a tiro, soy un buen blanco, es verdad. Prefieres la caza menor, y desdeñas los guiños con que intento llamarte.
Es tarde amor, ya me han visto los furtivos, ya corro lejos de tí, para no acabar muerto, ya huyo de tu lado, esperando que en la noche la sombra de la Luna me acune y me proteja
Es tarde, amor....pero mejor tarde que nunca.
Aún a día de hoy, que no me tienes, que no te tengo, hoy, que ya no nos quedan balas en la recámara y que el gatillo maúlla pidiendo socorro...aún hoy no te atreves a utilizar la frase que abre todas mis cerraduras, esas cuatro palabras que destrozarían este fuerte a base de ajenos que me he construído. ¿ Por qué, amor? ¿Por qué?
Te empeñas en ignorar cada gesto que hago, cada movimiento con el que me pongo a tiro, soy un buen blanco, es verdad. Prefieres la caza menor, y desdeñas los guiños con que intento llamarte.
Es tarde amor, ya me han visto los furtivos, ya corro lejos de tí, para no acabar muerto, ya huyo de tu lado, esperando que en la noche la sombra de la Luna me acune y me proteja
Es tarde, amor....pero mejor tarde que nunca.
"La vida se resume en mantener el equilibrio entre las veces que matas y las veces que mueres"
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